Para muchos su nombre todavía se asocia con su larga carrera como modelo, pero desde hace más de 10 años Francisca Benedetti se dedica al arte. Tiene un gran talento y aprendió de manera autodidacta. Minuciosa y detallista, su obra se mueve entre el dibujo y el bordado. Con patrones y figuras geométricas y repeticiones que se manifiestan como vehículos de la actividad meditativa. “La primera constatación que nos expone la obra de Francisca Benedetti es que llevada a sus consecuencias extremas, la abstracción geométrica es una forma radical del pudor. No es el despojamiento o la distancia extrema de las emociones sino que es la arrasadora inminencia de ellas”, escribió Raúl Zurita sobre su obra.