Sería injusto menospreciar su diseño; sería casi de mal gusto no reconocer guiños al arte en un objeto tan de uso cotidiano como es esta tina. El talento alemán y su buena fama para festejar la estética, presumen de calidad, de carácter y de incontenibles deseos de querer darnos un largo baño en ella. Por esta vez, la temperatura del agua queda en segundo lugar.