De origen vegetal, da la sensación de que el mimbre fuera puramente chileno, pero no. Se da en varias partes del mundo, y es la versatilidad su mayor atributo. Es encantador, es bonito, es casual, y se ve perfecto donde uno lo ponga. En la playa, en el campo o la ciudad, su rusticidad toma diferentes personalidades, como en estos torteros, que en su color original o pintados te permiten combinarlos como quieras, con quien quieras, donde quieras. Tu mesa será un total acierto.