Ya lo sabemos, la perfección es aburrida , por eso el verde, el gris y esa silueta disparatada y suelta del olivo es justamente lo que lo hace tan, pero tan atractivo. Sus ramas adquieren personalidad en un vaivén cromático encantador y donde lo pongas, siempre va a llamar la atención. Por eso es una de mis plantas favoritas, porque juega con el movimiento, y se sabe protagónico tanto adentro, como en exterior.