Diseñadora de profesión, a Beatrice le cuesta considerarse artista, pero sus obras impresionan. “Mi obra tiene una gran energía, es medio volcánica. Y aunque me defino como diseñadora, mis propios compañeros siempre me dijeron que yo hacía land art sin ser consciente de que lo hacía. Lo mío es muy telúrico y abstracto”, contó en una entrevista. Su trabajo transita entre la pintura y la escultura; es una escultura pintada o una pintura volumétrica.
Una de sus últimas instalaciones fue el mural Nororiente, en la estación San Alberto Hurtado del metro de Santiago. Una obra que impresiona por su peso, materialidad y dimensiones, y porque fue un proyecto colectivo, inclusivo y vinculante. “Cada puerta, ventana, vestigio, tiene una historia que será parte de su propia estación de metro. Sin memoria no tenemos futuro”, declaró en su cuenta de Instagram.