Iván Navarro es uno de los artistas chilenos contemporáneos más relevantes a nivel internacional. Radicado en Nueva York desde los años 90, ha proyectado desde ahí una importante carrera, con obras que forman parte de importantes colecciones públicas y privadas en todo el mundo. El 2009 fue el primer representante chileno en la Bienal de Venecia.
Su trabajo se caracteriza por el uso de luz, electricidad y espejos para crear esculturas que tienen mucho que decir. Sus instalaciones con tubos fluorescentes, al igual que el resto de su obra, reflexiona sobre la historia reciente, explorando sus dimensiones estéticas y políticas.