El color ha sido siempre el protagonista en las obras de Lourdes Naveillan, seguido de cerca por el gesto. Sus obras, llenas de manchas, colores y texturas, atrapan y atraen por su visceralidad y por ese movimiento que se deja intuir. “La particularidad de mi obra es que es una explosión visceral a través del color y de la forma, donde cada quien es libre de interpretar cosas diferentes”, asegura.