Artista visual de la Universidad Católica y profesora de la Universidad Finis Terrae. Magdalena trabajó por una década pintando sobre tela, pero su última exposición, el 2015, la llevó por un nuevo camino: el tallado en madera, que luego intervino con pintura. Con gubias y cuchillos, Magdalena armó la exposición Agua dura y laminada, compuesta por 25 obras, llenas de texturas que se pueden ver, sin tocar, en un trabajo que exige mucha fuerza. Como ella misma declaró: “Mis trabajos los he hecho con mi cuerpo, con mis manos. Me comprometen físicamente, porque quiero que las personas perciban esa energía humana allí contenida”.