La exploración de la individualidad dentro de lo colectivo ha sido clave en el trabajo artístico de Malu Stewart; y en esa exploración ha logrado crear un lenguaje propio, con materiales poco comunes, como los limpiapipas y la pasta gruesa (una mezcla de acrílico con una pasta que se usa en la construcción). “Me llama la atención el color de una pintura, me seducen las formas y el lenguaje propio. El arte tiene que ser muy personal, si no, no aporta”, declaró en una entrevista.
Durante varios años investigó la obra de Claude Monet, trabajo que terminó con una gran exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes y que también presentó en París. Y su última exposición, el 2019, fue sobre su experiencia en Cuba: dos pinturas de gran formato separadas por una gran malla tejida con limpiapipas. “Tenía que hacer detenerse al espectador. Que no pudiera pasar al otro lado, como sucede en la realidad de la isla. Que el público tomara conciencia de esa restricción de la libertad. Esa malla implica el no paso. Es un llamado a la libertad de circulación”.