Después de estudiar algunos años de diseño industrial y darse cuenta que eso no era lo suyo, Peko Prado entró a la Escuela de Artes y Oficios del Fuego, donde empezó el camino de la cerámica. Desde entonces han pasado más de 20 años, y hoy se ha convertido en uno de los grandes maestros de este oficio.
Fue discípulo de Francisco Olivares Thomsen durante tres años, hizo una pasantía en Japón con el ceramista Ryota Aoki y ha seguido perfeccionándose, mientras dicta clases y crea sus propias piezas. “Estoy dedicado a producir mi propia línea de diseño basada en el concepto de “Familia”, donde se puede ver unidad, pero al mismo tiempo percibir la identidad propia de cada pieza”, explica en su web.
Además, dicta clases de torno en cerámica para principiantes y avanzados, donde la idea es que cada uno aprenda a su propio ritmo.





