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Upper East Side Guide

Nueva York puede ser diferente para todos, todo está en cómo lo vives, sientes y disfrutas de la ciudad. Aquí les dejo lo que no me pierdo cada vez que paso por la gran manzana, en mi barrio preferido con menos turismo y más disfrute.

Cuando voy a Nueva York, mis mañanas empiezan siempre igual. Desde hace más de 12 años despierto en The Mark, un hotel que vale la pena conocer, o al menos conocer su bar restaurante by Jean-George o simplemente el hall central, diseñado por Jacques Grange. Después de la rutina de ejercicio, salgo por ese hall con la sonrisa amable de las personas que trabajan en él y giro a la izquierda por mi esquina favorita de NY; Madison con la 77. Ahí me voy directo a tomar desayuno en el Sant Ambroeus, un restaurante clásico italiano que está siempre en movimiento con personajes de barrio y su color damasco tan característico. Palta, té verde y huevos pochados… lo mismo de siempre. Después de esta rutina mis días son diferentes.

Como ya dije mis días parten en Madison con la 77 y desde ahí bajo por Madison recorriendo cada tienda y cada café que me encuentro. Esta avenida es una experiencia donde hay que disfrutar con calma de sus vitrinas y tiendas. Parada segura es el Ralph’s Coffee, que está en la esquina de la Ralph Lauren Flagship. Un café americano o un té verde y después una visita al último piso de la tienda, donde está la colección Home de RL que siempre es una inspiración. Para las que nos gusta la ropa, las mejores tiendas y mis favoritas están en esta calle. Si andas por ahí a la hora de almuerzo, está mi restaurante italiano favorito, sencillo, Bar Italia. Si te gustan los helados o los hot dog, The Mark tiene un carrito con los mejores, es parada recurrente de los locales de la zona y varios famosos de por ahí.

Perderse en este parque es un privilegio que tienen los neoyorkinos, tener un pulmón verde lleno de calles para andar en bicicleta, salir a correr o simplemente sentarse a observar a la gente caminar. Mejor panorama es caminarlo con picnic en mano y disfrutar de un largo rato bajo un árbol o recorrerlo en bicicleta, lo recomiendo siempre. Un lugar para ir en todas las épocas del año.

Un museo que no me pierdo nunca. Y cuando digo nunca es que voy al menos dos veces al año y me encanta. Mi sección preferida es la de arte impresionista y las exposiciones que estén de turno. Siempre subo al Roof para admirar el Central Park, que nunca deja de sorprenderme.

Mi lugar favorito en Nueva York es The Frick Collection, donde llego bajando por el Central Park hasta la 70 con la 5ta avenida, una joya, un oasis en la ajetreada ciudad de Nueva York. Lleva varios años en restauración, pero por mientras se puede ver la colección completa en 945 Madison Ave. Es una casa del año 1935 que alberga una colección de arte maravillosa de la colección Henry Frick. Este lugar me atrevo a decir que nunca he dejado de ir y lo que más me gusta es la obra de Vermeer Militar y Muchacha riendo, que contemplo por minutos. Disfruto también sentarme en su jardín interior en silencio agradeciendo el momento de paz.

Si de museos hablamos, un poco más arriba está The Guggenheim Museum, que para mi gusto la arquitectura es lo más atractivo y si subes un poco más y eres amante de Gustav Klimt está la Neue Galerie, donde puedes admirar su obra La dama dorada.

Les dejo los restoranes que no me pierdo cada vez que paso por Nueva York y me quedo en esta zona de la ciudad. Elegí solo 7 que no son necesariamente los más de moda, ni los más lindos, sino que me gustan por su comida y porque tal vez he ido tantas veces que ya son parte de mi historia.

Este lugar es muy especial para mí, ya que siempre tomo desayuno aquí y en cada lugar que voy que hay un Sant Ambroeus paro a conocerlo (South Hampton, Milán y Palm Beach). Tiene una ambientación clásica, sus platos son italianos y sus ensaladas delicadamente aliñadas. Está siempre repleto y la mayor parte de sus clientes son personas que viven por el barrio. Las mañanas en el Sant Ambroeus son sagradas y no podría pensar en otro lugar para partir el día en Nueva York.

Este café tan americano y con todo el estilo Ralph Lauren también es una parada obligada en todas las ciudades donde está. Es simple, muy americano y el que está en Madison es realmente lindo. Está ambientado en mármol de carrara, blanco y verde y una tela de Ralph Lauren floreada que es una belleza (aunque lamentablemente está agotada; he intentado comprarla en varias ocasiones). Aquí uno puede tomarse un café, un té y comer sándwiches o ensaladas. Toda la loza la venden en Ralph’s, es linda y tiene ese blanco que no es ni tan albo ni crema.

Aquí es gusto muy personal, es un lugar sencillo y muy pequeño, pero sus tallarines con salsa de tomate son los mejores que he probado. Me encanta ir, me lo repito siempre. Las personas que atienden son italianos o latinos, encantadores, y varias veces nos hemos topado con personajes conocidos en busca de un buen plato italiano en un lugar sin ruido.

Del chef Jean-Georges, este restorán de comida orgánica americana está dentro de la tienda ABC Carpet, y ahora nos deleita con un segundo espacio en la esquina del Hotel The Mark, con un menú delicioso. Cambia según la hora del día y temporada. Si te gusta la comida orgánica y los platos verdes, este es el lugar. Su ambientación es muy del estilo de su menú: blanca, natural y con delicadas flores frescas.

Con una ambientación más sobria y elegante, este restaurante es para ir a comer. Del Chef Jean-Georges, mismo del ABC Kitchen y del nuevo Tin Building, que recomiendo cien por ciento. Es uno de mis lugares recurrentes para salir de noche si no tengo ganas de moverme del barrio. Sus platos son de la gastronomía clásica europea, con su pasión por lo fresco recién sacado del mercado. Si decides ir, te recomiendo que empieces con unas copas en el bar del hotel y luego pases a comer.

Aquí se come bien. Le Bilboquet es una cadena de comida francesa muy bien cuidada: su ambientación es clásica y su comida magnífica. Podría decir que el Dover Sole es mi plato favorito. Un ambiente muy local y siempre lleno. Para ir a almorzar o comer.

Para la noche, si te gusta el jazz, la música en vivo y la comedia o tienes ganas de tomar unos cocktails y comer liviano, el Café Carlyle es un clásico de Nueva York. Es el lugar perfecto para escuchar música. Abrió sus puertas en 1955 y desde entonces ha sido el lugar de encuentro de músicos, personalidades y amantes de la música. Recomiendo averiguar con tiempo quién estará tocando y si es posible llamar para ver si hay mesas disponibles. El mural, que es un espectáculo, fue pintado por el artista Ludwig Bemelmans en 1947 y sigue siendo el sello del lugar.

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