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Una aventura en Capadocia

Para muchos, Capadocia es sinónimo de uno de los paseos en globo aerostático más impresionantes que se pueden hacer. Pero en realidad Capadocia, uno de los lugares más turísticos de Turquía, es mucho más que eso. Descubre esta región fascinante aquí.

“Capadocia es un lugar que, más allá de su historia, realmente te captura el alma. Hay una energía muy especial, muy difícil de describir. Su gente, su ritmo, lo hacen un destino irresistible”, cuenta Paula Parot, que acaba de visitar esta región de Turquía y que disfrutó de su historia, del hotel, los paseos y de una gastronomía “inigualable”.

El punto de partida de Paula fue Uçhisar, un pequeño pueblo que mira al Valle de las Palomas y al Monte Erciyes, donde se ubica Argos, uno de los hoteles más especiales de la zona. Construido sobre antiguas cuevas y pasadizos, el hotel combina lo ancestral con una elegancia contemporánea que sorprende en cada detalle. “El hotel es precioso. Está formado por distintas construcciones conectadas entre sí y te mueves en carritos de golf. Tiene una calma que no se puede describir, un spa espectacular y una vista que te deja sin palabras”, cuenta Paula.
Además de su cava subterránea con vinos locales, Argos llama la atención por sus jardines llenos de flores, su arquitectura sustentable y tres restoranes que reinterpretan la cocina de Anatolia con productos de la zona. “La atención es brutal y todo es precioso: las alfombras, los platos, la orfebrería y cerámica. Se nota el amor con que está hecho cada rincón”, agrega. “La calma que tiene el lugar es sin nombre. Es de esos hoteles donde podrías quedarte días sin salir.”


Pero Capadocia invita a explorar. Desde las ciudades subterráneas hasta el Museo al Aire Libre de Göreme, cada recorrido sorprende con formaciones rocosas, iglesias talladas en piedra y paisajes que parecen de otro planeta. También vale la pena visitar el Valle de las Hadas y perderse entre las tiendas locales de alfombras y cerámicas hechas a mano.


Y hablar de Capadocia sin hablar de la experiencia del vuelo en globo, es como no hablar de Capadocia.  “Si tienes la suerte de poder hacerlo, no lo dudaría. Es una vista que te deja sin aliento. Sales antes del amanecer, y cuando el sol empieza a teñir de rojo el cielo, ya estás flotando sobre el valle. Es un espectáculo que se queda contigo para siempre”, dice Paula.


Las puestas de sol también son inolvidables. Desde el Red Valley, las piedras van cambiando de color con la luz del atardecer, creando uno de los paisajes más lindos de Turquía. Y al final del día, nada como volver al hotel para disfrutar una comida en Seki o Nahita, los restaurantes de Argos, o probar Lil’a, en el cercano Museum Hotel, donde la cocina local se eleva a otro nivel.

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