Por. Andrea Benkö
Una antigua tradición Japonesa del siglo XIII sigue hoy más vigente que nunca. El Furoshiki es el arte de envolver los regalos con pañuelos o telas, creando empaques que perduran en el tiempo y que se pueden reutilizar una y otra vez, o convertirse en un regalo extra en sí mismos.
Usando esta técnica se pueden cubrir los más variados regalos, de todos los tipos y tamaños. Desde una botella de vidrio hasta un collar delicado, el Furoshiki es una técnica simple y elegante para hacer un regalo original. Los pañuelos de seda son los más valorados y utilizados en este arte, pero también se pueden usar telas como algodón y linos.
Un talento artístico que vuelve a usarse, después de haber estado un poco olvidado en el tiempo, gracias a esta nueva forma de ver y entender la vida, donde se han dejado de lado los materiales desechables, los plásticos y además se ha puesto en valor lo hecho a mano, personalizado.
Esta técnica le da valor a cada uno de los materiales que usamos, es volver al origen, respetar el medio ambiente, valorar la calidad frente a la cantidad y entregarle un mayor sentido al regalo que entregues.
Un arte que comenzó a utilizarse en los tradicionales baños de Japón, donde se envolvía la vestimenta de las personas en forma individual para que no se confundiesen con las demás y que posteriormente fue usado, en ese país, para proteger, guardar y llevar objetos, hoy ya es de uso mundial.