Por. Valentina de Aguirre
Johanna Ortiz dice que hay una anécdota que a su mamá le encanta contar: cuando era pequeña, de vacaciones en un resort, hubo un concurso de diseño para niños. Johanna hizo un vestido con papel de diario y ganó. La historia podría haber quedado solo en una anécdota, pero Johanna se ha convertido en una de las grandes embajadoras de la moda colombiana.
Dice que siempre le han fascinado los textiles, el diseño y los colores. Hija de una interiorista, creció rodeada de telas e inspiración. Estudió diseño de moda en el Art Institute de Fort Lauderdale, luego vivió un tiempo en Miami, mientras trabajaba en MTV Latino, pero más tarde regresó a su Cali natal. Y en 2003 creó la marca que lleva su nombre. “Hemos crecido vestido a vestido y persona a persona, siempre con el propósito de hacer moda con impacto social positivo en Cali, Colombia”, contó en una entrevista.
Su estilo ha sido calificado como latin flair o tropical chic, elegante, bohemio y divertido. Pero si hay algo claro es que el estilo de Johanna Ortiz es único, fresco y 100% colombiano. “Yo vivo rodeada de Cali: de la naturaleza, mucha fauna, mucha flora y mucha selva. Siempre ha sido parte y el principio de la mayoría de las inspiraciones que usamos”, declaró.
En su discurso siempre está Cali presente, no solo por la biodiversidad que la rodea, sino también por la artesanía, un pilar dentro de sus colecciones. Y no se trata solo de replicar la artesanía o tomarla como inspiración, Johanna trabaja directo con las comunidades, poniendo en valor su trabajo y mostrándolo al mundo entero. “Estoy ahí y conozco a la mayoría de los artesanos, me comunico con ellos y hablo sobre cómo podemos mejorar la comunidad en la que viven, sobre cómo nosotros desde fuera podemos ayudar”, dice.
Y esas raíces latinas, llenas de naturaleza, han resonado mucho más allá de las fronteras del continente. Entre sus clientas se encuentran Meghan Markle, Jennifer López, Lady Gaga, Shakira y Amal Clooney. Hoy produce seis colecciones al año, con más de 60 mil prendas, todas hechas en Cali y el 95% son para exportación. Su marca se puede encontrar en 120 tiendas de lujo en 20 países, como Saks Fifth Avenue y Le Bon Marché. Además, hace poco abrió su primera tienda en Nueva York, en Madison Avenue.
Además de su estilo –que no se traduce solo en su ropa, también en su casa y en todo lo que toca; ¡tiene incluso una línea de decoración!– si hay algo inspirador en Johanna es el gran trabajo que ha hecho para fortalecer la industria de la moda en Colombia.
Sabiendo que su país no es una capital de la moda, Ortiz decidió crear su propia escuela, una iniciativa que la llena de orgullo. “Es un curso que dura 6 meses donde enseñamos a personas en situaciones vulnerables habilidades en el arte de la costura, para así mejorar su calidad de vida. Les damos salario mensual, alimentación, apoyo psicosocial, transporte y oportunidades laborales en el momento en que se gradúan de la Escuela. A día de hoy tenemos 116 beneficiarios, 75% se han unido al atelier de Johanna Ortiz”, cuenta. Sin duda, un ejemplo a seguir.