Por. Valentina de Aguirre, Imágenes. Formaje
Formaje es una palabra castellana, ya en desuso, que significa queso. Es también el molde que se usa para hacer quesos. Pero más que eso, Formaje es un lugar imperdible: un espacio que busca promover la excelencia del queso hecho artesanalmente en España, que nació de las mentes creativas de Clara Diez y Adrián Pellejo.
Los creadores de este espacio tan singular partieron su aventura en el mundo del queso artesanal en 2014, conociendo el trabajo de los productores tanto dentro como fuera de España, y entendiendo cada una de las particularidades de la artesanía quesera y sus necesidades. Cautivados por este mundo, en 2020 decidieron inaugurar Formaje, una tienda en el céntrico barrio madrileño de Chamberí, que más que tienda parece una galería de arte.
Y aunque lo anterior puede sonar como una frase medio cliché, es completamente real: acá los quesos son protagonistas, y están dispuestos de tal manera que bien podrían ser esculturas. Como escribió la revista Architectural Digest, este es “el templo del queso artesano”.
Los responsables del diseño de este espacio, donde priman los materiales nobles, fueron los destacados interioristas de Cobalto Studio –parte de la lista AD100 del año 2020–, reconocidos por sus interiores honestos y vernaculares. «Trabajamos la paleta cromática partiendo de los colores del queso y utilizamos materiales naturales que se involucran también en los procesos de creación y curación del queso», declararon.
Pero Formaje es mucho más que sus formas, es sobre todo, su fondo. Aquí Clara y Adrián son activistas del queso artesano, apasionados por encontrar la excelencia de sus productos, que siempre tienen una historia detrás. De hecho, de las más de 50 variedades que se pueden encontrar en este rincón madrileño, Clara y Adrián conocen a todos los productores.
Como dicen en su manifiesto: “Nuestros quesos están concebidos en diferentes partes del mundo, y tienen en común el profundo conocimiento de la materia prima por parte de sus productores, así como el compromiso moral de contribuir positivamente al sector de la producción alimentaria. En Formaje defendemos la tradición desde una óptica de evolución y futuro”.
Y aunque en Chile estamos lejos de Formaje, no podemos dejar de inspirarnos por su trabajo. Visita obligada para nuestro próximo viaje, es también un faro que nos permite soñar con el futuro de la producción agrícola artesanal, una donde las materias primas son protagonistas y la honestidad es el norte.