Por. Andrea Benkö
Son un clásico en los mercados y las ferias europeas, esas rayas rojas y azules estampadas o bordadas sobre retazos de lino color arena o beige, lavados y envejecidos con el tiempo y con historia. Hace casi un siglo, en el viejo continente eran sacos usados para el transporte de cereales y para guardar harina o simplemente paños que fueron tejidos para usarse en la cocina. Hoy, sin embargo, son lo más chic y sofisticado en nuestra decoración.
Cada vez que uno lee una revista de decoración hay alguna magnífica fotografía con sillones o sillas tapizadas con este lino vintage, se ve también su uso en cojines, respaldos y en cubrecamas de espectaculares casas de playa ubicadas en distintas partes del mundo. Estas telas son lo escencial del estilo decorativo y tendencia del momento, el shabby chic, que traducido del inglés es algo desgastado o desaliñado y chic, como es sabido significa elegante y que esta de moda.
Los linos antiguos o vintage europeos son geniales para tapizar todo tipo de muebles, son agradables al tacto, le dan un aire renovado a los ambientes, con una onda moderna y relajada gracias a sus austeras rayas. Este estilo de decoración, que nació en Gran Bretaña y se caracteriza por utilizar elementos antiguos mezclados con nuevos, se enfoca en esa idea de simpleza, siempre en la tonalidad de los pasteles, cremas, tostados con predominio del blanco.
ALGUNOS DATOS
En París encontré una tienda tipo galpón -ubicada cerca del Montmatre-, que traía antiguas piezas desde Normandía, zona textil al norte del país, y eran realmente preciosas, porque en el centro o el área turística no hay locales donde los vendan, solo se encuentran en ferias.
En la exclusiva playa de José Ignacio en Punta del Este, me sorprendí al ver que la tienda Linos Vintage es de una chilena, Teresa Donoso de Beresford, amiga de la familia del mundo del Polo en nuestro país, quien trae la mayoría de estas piezas tejidas a mano desde Hungría y Transilvania, como también de Alemania y Francia. Ella los ofrece a la más selecta clientela del verano y durante el año mantiene su clásica tienda en Buenos Aires.
En Santiago también hay una tienda que trae estos linos vintage desde Hungría, Puerto Blanco. Para las que nos gustan, son realmente maravillosos, porque son hechos con materiales nobles, bordados a mano y con más de cien años de antigüedad. Las medidas son todas distintas por eso hay que usar la creatividad cuando los usemos para tapizar.
En Budapest, Hungría, no es fácil encontrar este tipo de linos, viví allá varios años y el único lugar donde los vi fue en el Mercado Central, un clásico para visitar si eres turista, hay unas pequeñas tiendas en el segundo piso a la mano derecha que venden lino antiguos, porque los demás locales son todos nuevos.
En Saint Tropez, en la pequeña tienda ubicada en la playa, afuera del famoso Le Club 55, compré unas fundas de cojines que dicen, en su interior, que fueron fabricadas en la antigua provenza francesa, no sé si son antigüas, no creo, pero pareciera ser que siguen elaborando este diseño de lino imitando el antiguo.
La gracia que tiene este material es que es una fibra natural muy resistente, de hecho, el lino europeo es considerado el mejor del mundo. Entiendo que solo se deben lavar con agua fría y, como son antiguos, ya no se deberían encoger al meterlos a la lavadora, aunque la forma de secarlos sigue siendo a la antigua: tendiéndolos al sol.
UN POCO DE HISTORIA
La producción del lino en Europa tiene varios orígenes e historias. En Alemania hay registros de su fabricación desde el sigo X, a orillas del río Rhin, comenzando en Mönchengladbach, donde se sigue produciendo hasta nuestros días, y también en las zonas de Westphalia y Alsacea que con el pasar de los años llegó a industrializarse. El comercio de este textil convirtió a la familia alemana Fuggers de la ciudad de Augsburgo en la más rica de Europa y en toda una dinastía comercial.
En el folclore alemán se repiten las imágenes de la producción y proceso del lino, las clásicas pinturas que muestran a las segadoras campesinas cosechando los tallos de lino y en los antiguos cuentos, como la Bella durmiente hay episodios donde relatan a estas máquinas de hilado o spinning the wheel donde giraba el lino en una rueda. En el Museo de Ciencias Aplicadas de Viena, donde tuve la suerte de llevar a mis niños, hay varias salas que explican el antiguo proceso de decorado de esta fibra textil natural desde sus orígenes y hay muestras y retazos alemanes de comienzos del sigo XV.
En la historia de Irlanda la confección de este textil ha ido de la mano de su economía, allí se elaboraba el lino más valioso y fino de sus tiempos y era el gran productor de lino para toda Europa. El llegar la Revolución Industrial se hizo posible que su producción fuera a mayor cantidad y menor precio.
En Hungría la producción del lino siempre ha sido destacada por la calidad de sus materiales y sus llamativos bordados característicos del folclore y tradición cultural que tiene sus orígenes en Transilvania, zona de al noreste del país y que después de la primera guerra fue anexada a Rumania, pero que aún mantiene sus costumbres, usanzas e idioma húngaro.
Actualmente en Francia se producen casi dos tercios del lino del mundo en una zona agrícola en el norte del país de casi 80.000 hectáreas de cultivos que llegan hasta Holanda cruzando Bélgica. Siendo una producción limitada en el mundo, porque requiere mucho trabajo y mano de obra. Una de las tres principales cooperativas francesas de producción de lino es Le Neubourg, que venden el 80% de su producción a China y el resto es vendido a marcas de renombre en el mundo de la moda a precios muy altos.
Sin embargo, la creación del lino es del antiguo Egipto y como dato anecdótico las momias fueron embalsamadas en vendas de lino. Su origen proviene de la planta de linaje, que fue cultivada por los antiguos babilónicos y egipcios y posteriormente los griegos que los usaban en sus túnicas, hasta llegar a Europa, donde ha sido utilizado desde tiempos inmemorables. Allí se convirtió en símbolo de riqueza y sofisticación, y que utilizado hasta de moneda de intercambio. Como es un tejido cultivado e hilado a mano y fue la fibra textil más importante, después de la lana, hasta el siglo XVIII no solo por su gran resistencia, sino también por ser termo regulable en absorber el agua, adaptándose al clima y temperatura. A diferencia del algodón, que se saca del capullo, el lino se encuentra en el tallo de la planta.
El lino, valorado por siglos, hoy vuelve con fuerza para posicionarse nuevamente como material elegante y con estilo en nuestra decoración y lo más importante vuelve con historia.