Por. Valentina de Aguirre
¿Por qué todo tiene que ser nuevo en una casa? La respuesta es simple: no tiene que ser así. Da lo mismo el estilo y el lugar, puede ser un departamento en pleno centro de la ciudad o una casa de campo, pero siempre se agradece un poco de historia. Y lograrlo no es difícil. De hecho, es tan simple como poner en valor artículos antiguos: desde pequeños objetos heredados que adquieren nueva vida gracias a la manera en que los exhibimos, hasta muebles encontrados en ferias y mercadillos.
Y es que las casas vividas son así: mezclan magistralmente lo nuevo con lo antiguo, logrando ese je ne sais quoi que a veces cuesta distinguir a primera vista, pero que sin duda encanta. Y en un mundo donde diariamente se crean millones de objetos plásticos, de producción masiva y muchas veces completamente desechables, vale la pena mirar hacia atrás y recuperar esos objetos con historia, con artesanía, con oficio y, por supuesto, con mucha personalidad.
Larga vida a los expertos
Si te animas a reutilizar, un buen punto de partida pueden ser los mercados y ferias, así como los anticuarios. Algunos de los que puedes encontrar en nuestro directorio son La Anticuaria, Las siete vidas del mueble o Puerto Blanco, puros expertos que se dedican a seleccionar las más lindas antigüedades, de esas únicas, con patina y mucho cuento.
También hay que poner en valor el trabajo de los restauradores: trabajadores incansables que tienen toda la técnica para traer nuevamente a la vida esas piezas que ya denotan el paso del tiempo. Desde tapiceros, hasta expertos en piezas tan específicas como lámparas de lágrimas y alfombras y tapices, siempre hay quien puede ayudar a restaurar esos hallazgos.
Colecciones a la vista
Y una manera de dar vida a lo antiguo es luciendo esas colecciones. Las guitarras antiguas no tienen porqué estar relegadas a un clóset o a una sala de ensayo medio escondida, ¡menos a la bodega! Si de piezas con historia se trata, cuélgalas en la pared, hazlas parte de tu vida y de tu casa. Lo mismo pasa con las antiguas ollas de cobre, con los platos de la abuelita, con esa colección de marcos antiguos que has ido forjando lentamente: todos merecen un lugar y todos ayudarán a contar tu propia historia, a que tu casa tenga tu sello indiscutible.
Este 2024, celebremos la economía circular, la historia, la reutilización y la autenticidad.
