Por. Valentina de Aguirre
Ir a la playa hoy es muy distinto a cómo se vivía hace poco más de un siglo. Hoy tomamos nuestro bolso, una camisa larga, bloqueador y partimos, sin grandes preocupaciones. Pero hace algunos años no había vacaciones sin esas clásicas carpas de lona que llenaban las playas de color, y los trajes de baño, por supuesto, cubrían bastante más que hoy.
De hecho, desde los vestidos de lana que las mujeres victorianas usaban para ir a la playa, hasta la revolución del bikini, pasaron muchos años… Aunque el bikini como lo conocemos hoy fue inventado a mediados de la década del 40, no fue hasta que Brigitte Bardot fue fotografiada usándolo en la playa durante el Festival de Cine de Cannes en 1953 que logró realmente su popularidad.
Pero no solo los trajes de baño han cambiado. Cuando recordamos las playas de hace algunos años, es imposible no pensar en esos balnearios europeos con quitasoles ordenados, bien uniformados, o con las tumbonas perfectamente alineadas… todo con una elegancia que sólo se lograba en ese entonces.
También están las clásicas cabañas de colores, típicas de lugares como Brighton Beach, en Australia, y también de muchas playas en Inglaterra, Francia e Italia. Un pequeño refugio para cambiarse, que se ha convertido en una postal de otros tiempos.
Desde el traje de baño entero, hasta el bikini; de las grandes instalaciones a la simplicidad de una toalla o un pareo sobre la arena… No importa cuánto ha cambiado nuestra forma de vivir la playa, lo único cierto es que sigue siendo el mayor sinónimo del verano, un lugar donde el relajo es ley y donde nada importa más que disfrutar del sonido del mar.
