Por. Valentina de Aguirre
No hay como los sabores del verano: los tomates, la albahaca, los duraznos… Al menos para mí, el verano tiene un sabor irrepetible, que se graba en la memoria junto a los recuerdos de las vacaciones, la mayoría de las veces en una mezcla inseparable.
Por eso, preservar esos sabores para disfrutar el resto del año es una labor que me encanta. Aunque me gustaría aprender a preservarlo todo, por ahora hay un par de recetas que me han resultado y que me dejan disfrutar de lo mejor de esta estación durante los días más fríos del invierno.
Una de mis favoritas es la de PEPINILLOS ENCURTIDOS . No solo por el resultado final (se los echo a todo, durante todo el año), sino también por lo que significa la preparación: una labor que se hace en equipo, con paciencia y harta conversación. Todo empieza cuando al fin los pepinillos llegan a la verdulería y luego sigue en la casa, mandolina en mano, cortando kilos y kilos de pepinillos en las rebanadas más delgadas posibles. Después viene la sal, la preparación del vinagre con agua y aliños y, más tarde, la mezcla final, donde todo cobra vida.
Pero si hay una receta que grita verano es la de la SALSA DE TOMATES. Para mí, mientras más simple, mejor, así es que el mayor desafío para la preparación es encontrar tomates lindos, rojos y sabrosos, como los de antes. Después solo es cuestión de cocerlos y enfrascar (siempre con un par de hojitas de albahaca dentro del frasco, secreto que aprendí viendo videos de nonnas italianas preparándose para el invierno).
Otra forma de preservar alimentos, aunque no tiene que ver con el verano, es el CHUCRUT. Este fermento es muy fácil de hacer y además está lleno de beneficios. ¿Realmente es tan simple? Sí, solo se necesita repollo y sal, eso es todo, y los beneficios de los probióticos son tantos que realmente cuando uno empieza, no hay vuelta atrás. Aunque internet está lleno de recetas, videos y tutoriales para entrar en el mundo de las conservas en todas sus formas, HAY UN LIBRO QUE ME ENCANTA: Conservas y fermentos naturales, de Catalina Sánchez. Con un buen mix entre teoría y recetas, es el mejor lugar para empezar con las conservas, desde mermeladas hasta kimchi, pasando por frutas, licores y fermentos varios.
